Publicado por Paula
Una tarde de Septiembre, creo recordar, nos fuimos de paseo con las perrinas, mi amiga Juli y su peque Elia.
Comenzamos
el paseo de mal pie, mejor dicho con mala pata, así que May acabó en la
sillita ante la atónita mirada de Skull...Y es que la pitufina tiene
miedo de andar al lado de un cochecito con ruedas y tan cerca!! y eso
que éste no tiene motor.
Pero
lo cierto es que tampoco fue mucho tiempo allí abajo, y cuando ibamos
por calles mas anchas y peatonales la tocó ir sobre sus cuatro patas con
holgura en la correa para alejarse un poco del carrito e ir mas
relajada.
Despues de una larga caminata, decidimos que
era momento de descansar un poco y hacer la presentación de sociedad de
las perritas a Elia. La niña quedó encantada con las peludas, de May por
su manejabilidad y de un tamaño muy cómodo para ella.
De
Skull parece ser que le llamó la atención la nariz. Jaja, y no, no, no
es que yo la haya influenciado (por lo del gusto por las trufitas
digo).
Pues
nada Elia, si te gusta la nariz de Skull no te digo lo que te va a
gustar la de Neron, 4 veces mas grande, jiji. Choca esos cinco.
Tras
un rato de caricias y juegos fuimos de retirada para casa. Llegado un
momento en el que Elia estaba un poco inquieta y pasó a los brazos de
mami, tuvimos un problema y es que cuatros brazos, para dos perros,
silla y niña...agotador...y un poco complicado. Así que buscamos una
solución intermedia. Elia a los brazos de su madre, y yo con el carrito y
Skull. Y May, la Reina.