PitaPata Dog tickers

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miércoles, 16 de noviembre de 2011

RECUERDOS DEL VERANO

Publicado por May

Parece que queda ya muy lejos, pero en realidad no ha sido hace tanto tiempo. Hemos disfrutado en el norte de una estupenda prórroga del verano, y ha sido de agradecer.

Aún en el mes de octubre hacía un tiempo fantástico que me ha permitido disfrutar de la playita, ya que por esas fechas, se restringen las prohibiciones de perros en la playa, o al menos, al no haber tanta gente, la presencia perruna pasa más desapercibida.

Para ir tomando contacto con los arenales y el mar, primero fui alguna tarde de septiembre a la playa de los Molinucos, a jugar a la pelota, rebozarme de arena, excavar hoyos…vamos, lo normal para un perro.















En Octubre, en unos de esos magníficos fines de semana, acompañados de sol y buenas temperaturas; mejores incluso de las que hemos tenido en julio y agosto; fuimos a una playa situada en la parte más occidental de Cantabria. Es una playa poco frecuentada, puesto que no cuenta con ningún tipo de servicio y el arenal no es muy accesible. Vamos, la playa perfecta para ir con perro.

Allí ha sido donde me he dado mi primer baño del verano en agua salada.












Como todo en la vida, el primer contacto con lo desconocido suele costar un poco. Primero probaron a meterme en un charquito que se había formado junto a unas rocas al bajar la marea. Haciendo trampas, claro. Me hicieron coger cariño a un palo y una vez que empecé a mostrar interés por él, me lo quitaban y lo tiraban al agua. Lo cierto que así fue una manera de meterme casi sin darme cuenta. Mami me ayudó un poco a cogerle el truco a eso de flotar y nadar moviendo las patitas. Una vez cogido el truco ya sabía nadar sola. Hasta ahí, todo fue muy bien y hasta puedo decir que me gustó la experiencia.



La peor parte vino cuando esta pandilla de locas (Paula, Emma, Verónica y Silvia), hincharon una colchoneta con pedales para meterse con ella en la inmensidad del océano. Esa enorme “piscina” de agua que ves donde empieza pero no donde acaba. Ese agua, que sabe a sal. Esa inmensidad que en vez de estar en calma como una balsa, hacía romper cerca de la orilla unas olas descomunales…Y así, en ese estado de la mar, y allí, en ese mar y sobre una colchoneta hinchable me di el que fue realmente el primer baño en el mar. La verdad, he de decir, que no me gustó mucho. Me asusté de las olas, y además el agua allí estaba mucho más fría que en la pocita de antes. Así que como mi cara lo decía todo y se veía que no estaba disfrutando de la ocasión, decidieron sacarme pronto y hacerme mimitos bajo el calor de una toalla. Y es que yo tiritaba mucho, y daba hasta congoja, ¿tiritaba de frio, o de miedo?. La verdad un poco de todo, aunque más de miedo que de frío.






Una vez pasado el mal trago si era de agradecer el frescor del pelo húmedo cuando fuera del agua la temperatura era bochornosa. Tras el bañito en la playa, subimos arriba donde estaba el coche y donde hay un prado para comer, recuperar fuerzas y secarnos bajo el sol.


4 comentarios:

  1. Anda que no lo pasaste tú bien, May, qué recuerdos! menudo día mas bueno de playa que tuvimos, y aun me acuerdo como movías tus patitas como si estuvieras nadando, y te tenía yo en brazos....

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  2. Qué bien lo pasamos May! Y cuanto te protegen estas madrinas tuyas...
    Yo hago una petición para esta entrada, seguro que Vero lo ha pensado: Solicito la posible supresión del nombre de la playa. Por su protección. Con la descripción creo que es suficiente. BESOS!!!

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  3. Jeje, sí, totalmente de acuerdo, aunque me temo que por culpa de Busta.. ya nos lo han fastidiado

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