PitaPata Dog tickers

PitaPata Dog tickers

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ya tengo 6 meses

Publicado por May

Me encanta, y es que los peluches en general, y los de Paula en particular me vuelven loca. Mario es mi proveedor oficial. La cosa funciona así; yo le acoso, él se sube a alguna estantería y como es un patoso, me tira algún peluche, o bien una foca o una pareja de erizos.

En vista de mi pasión por los animalicos peludos, pues me han traído este precioso rabit al que mi dueña le ha bautizado Tambor. ¡Qué poco original!. Yo le hubiera llamado simplemente conejo, y ya está. Total, aunque le llame por su nombre no va a venir, y menos si sabe que lo voy a martirizar mordiéndole las orejas.

Allá van algunas fotos de mi nuevo juguete y de mí, para que veáis como voy creciendo y como me ha crecido el pelo.














Hoy, día 6 de noviembre he cumplido 6 meses. Ya casi soy mayor de edad, jeje.
Como regalo de seismés he recibido un precioso peluche de conejito con chifla-chifla dentro.

Aprovecho también la ocasión de este post para contaros algunas cosillas más ya que veo que últimamente habéis estado bastante desinformados.

Hace tiempo que mis seguidores no tenéis noticias sobre mí, y es que mi dueña está demasiado atareada. Y cuando no, está vaga. Pero esto no puede seguir así. Mami, haz el favor de ponerte al día y colgar todas esas cosas que están aun pendientes, y es que hay por ahí acontecimientos veraniegos que para cuando los vayas a publicar, va a estar nevando. Y es que tenía que decirlo, parte del retaso en los post se debe a que se ha vuelto a ir de vacaciones ¡¡SIN MI!!, y Paula, esta vez no me pongas la excusa del calor, que más bien creo que habéis pasado hasta frío. Es lo que tiene Berlín en Octubre, que los días son ya muy cortos, y el invierno llega demasiado pronto.

En este último mes, ha habido algunos cambios en mi.

Ya no me crecen más las orejas, ahora solo me crece el pelo.


Me operaron de los ojitos, porque tenía obstruido el lagrimal, y la operación ha salido bastante bien y me han mejorado mucho.


Se me están empezando a caer los dientecitos de leche y a crecerme los definitivos. Paula tiene uno de recuerdo. No es fácil encontrarlos, porque son tan, tan, tan pequeños. Bueno, a ver vamos a confesar…, el que tiene, lo tiene porque el veterinario me lo quitó. Si, lo que oyen, me lo arrancó, y es que como se me estaba ya moviendo y casi colgando pues le dio al incisivo el golpe final. La cosa es que se cayó por ahí, y el pobre veterinario venga a buscar por el suelo y como visualmente no lo encontraba se pudo a pasar la palma de la mano a modo de escoba a ver si a falta de verlo al menos lo palpaba, y nada. Paula le decía, no te preocupes, déjalo, pero él puso todo el empeño en que mami pudiera conservar un dientecito mío. Al final resultó que se me había quedado enredado en los pelos de una pata delantera, jeje. La cuestión es que al parecer en nuestra raza no es normal que los dientes de leche se caigan bien y solos sino que muchas veces hay que ayudar a hacerlo, porque hay tendencia a tener boca de tiburón, o sea, doble hilera de dientes. No se han caído los de leche y ya están fuera los definitivos. En mi caso parece que va todo bien, y es que los huesos de piel de búfala que me dan, vienen muy bien.


En cuanto a carácter, parece que he superado aquella etapa en la que sacaba genio y cuando algo no me gustaba y convenía enseñaba los dientes. En realidad creo que no me entendíais bien, y lo que quería era que vierais lo bien que me están saliendo. Los dientes, digo.


He aprendido a se un perro de verdad, o sea, de esos que van a buscar la pelota y traerla, y es que hasta ahora, yo cogía la pelota y vosotros teníais que correr detrás de mi para conseguirla de nuevo.




















Mi relación con los gatos también ha mejorado. Los sigo incordiando, faltaría más, pero me contengo un poco y los doy algo de tregua para ver si me los gano. Sorprendentemente Jonás me va aceptando más, y es capaz de estar al lado mío siempre que yo le deje tranquilo. Mario sigue teniendo una paciencia infinita, pero si me ve, prefiere huir.














No hay progresos a la hora de la comida. Me sigue gustando lo mismo que antes, o sea, nada. Hablo de la comida perruna eh??. Vamos, que si de comida humana hablamos lo como todo. Todo, excepto la granada. Me gustan todas las frutas, uvas, manzana, kiwi, melón, plátano…, pero con la granada no puedo.

Apesar de que soy mala comedora, he ganado unos gramitos más. Ya peso un kilo y medio!! Ahora que ya tengo seis meses, mas o menos está establecido que me voy a quedar como estoy ahora de tamaño, poco más. Lo que significa que algún gramito más puedo ganar, pero vamos, mi peso estará mas cerca del kilo y medio que de los dos kilos.

Ser así de pequeña, tiene sus ventajas e inconvenientes. La parte mala es que todo el mundo, humanos, perros y gatos, tratan de abusar de mi. Los humanos me ponen fuera de mi alcance todo lo que no quieren que coja. En cambio si quieren que coja algo, me lo hacen sudar, y me tengo que poner sobre dos patas para alcanzarlo. Les encanta verme a dos patas.

Los gatos saltan por encima de mi. Y se burlan de que ellos son mas grandes que yo.

Los perros de la calle, son todos más grandes que yo, excepto alguno de mi raza o los chiguaguas. Así que tengo muy limitado con qué perros jugar, porque prácticamente todos son más grandes que yo, y o bien pasan de jugar conmigo, o si juegan, en cuanto me ponen una pata encima ya lloro porque me hacen daño. Aunque a veces lloro antes de que me pongan la pata, me anticipo a lo que pueda pasar, soy un poco cagueta.

En cuanto a las ventajas de ser tan pequeña... Pues para mis duelos indudablemente que en comida no se gastan mucho dinero, jijij. Para mí, pues la ventaja es que me pueden meter un un bolso y puedo entrar a todos lados, incluso a aquellos en los que si me vieran me prohibirían la entrada.

Yo soy muy buena y sé que en el bolso tengo que estarme callada y quieta, y suelo comportarme. Asi que en las tiendas que ponen prohibido perros, al bolso y a dentro. En el autobús, hasta el fondo. En el trabajo de "mamá" dejajo de la mesa. He de confesar que he estado en la sala de espera de un dentista. Y también he frecuentado alguna que otra cafetería, aunque es cierto que es el lugar donde más me cuesta estar quieta, porque huele muy bien y quiero saber de donde proceden esos exquisitos aromas que penetran en mi aguda trufita.

La suerte de poder entrar en un bolso y portarme bien cuando estoy dentro es que si mis dueños tienen que hacer recados, no tienen por qué dejarme en casa, siempre me llevan con ellos, así que mis horas de soledad en casa se reducen, y disfruto mucho de su compañia cuando están en la calle. Salir tanto a la calle y sobretodo de compras, también me ha dado la oportunidad de hacer muchas amigas humanas que trabajan de dependietas en comercios, pero esa ya es otra historia que contaré otro día.

2 comentarios:

  1. ¡qué guapa estás May! Tengo que ver yo con mis ojitos eso de que das la pelota de vuelta... jeje.

    ResponderEliminar
  2. May qué guapina estás! y qué mayor! Qué pena, como pasa el tiempo... Por cierto, que me he enterado que te han cortado esas melenas tan chulas que tienes... UYYY cuando vea a tus dueños...¡LOS SACRIFICO!!!!!!

    ResponderEliminar