Hay tardes más divertidas que otras, y este fue una de las buenas. Paula me llevó a la Magdalena con sus amigas (que son mis madrinas) Emma, y Verónica. Primero me acercaron a ver los pingüinos, focas y leones marinos.
Después de tanta animalada, nos pusimos a jugar a la pelota, a mi estilo claro. La pelota es mía y si la quieres ya sabes lo que toca, correr detrás de mi hasta que se te salga el hígado. Al final he de reconocer que hasta yo me cansé.
Tras la sesión de juegos me subieron hasta el Palacio de la Magdalena. Allí nos topamos con una familia que me saludaron. Yo me emocioné sobretodo con los niños, pues uno de ellos estaba merendando un delicioso bocadillo, pero el rata de el no me dio ni un trozo, le gustaba demasiado como para compartirlo. ¡egoísta!, si llego a saber que no me iba a dar nada le muerdo.
Uy!, pero que ven mis ojos!!! ¡Qué grandioso, qué belleza, el Palacio de la Magdalena!. Pedí posar allí, así que mis fotógrafas particulares sacaron estas preciosas fotos en las que orgullosa luzco tras de mí, mi futura morada. Porque sí, el día que haga los anuncios de la primitiva que actualmente hace esa tal Pancho, voy a comprarme esta casa. De momento me conformo con posar delante de ella al estilo de los leones que vigilan la entrada al Congreso en Madrid.
¡qué ven mis ojos! una huésped de Gran Hotel... menudo privilegio, jeje. Fue una tarde completita, recuerda que te pusiste las botas comiendo pipas
ResponderEliminarAnda! Que yo también me he fijado que es la guardesa de Gran Hotel. Qué pena no haber ido al casting, que yo he visto que salen muchos perritos....
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