PitaPata Dog tickers

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martes, 22 de noviembre de 2011

DESPELUCHADA

Publicado por May

Emma, ¡¡nos vas a SACRIFICAR!!, pero ni Paula ni yo tenemos la culpa. Vamos a contar la historia completa, para que el resto de los lectores lo pueda entender.

Ya con 6 meses me ha crecido mucho el pelo. Como aún tengo parte de pelo de cachorro, no es conveniente que me hagan un buen corte de pelo, solo un repaso en las puntas. Así que el pelo sigue y sigue creciendo, lo que es un poco engorroso porque se mancha mucho y además se enreda con facilidad. Las sesiones de quitar nudos son eternas y molestas, tanto para mí como para Paula que es quien finalmente siempre se encarga de hacerlo. A todo esto añadimos que tenía muy largo los pelos del flequillo, y hasta hace poco me lo recogían en un gracioso kiki, hacia atrás. Lo odiaba, pero reconozco que tenía su utilidad, para despejarme los ojos y evitar que se me metan molestos pelos que me hacen llorar. Al parecer el kiki endemoniado que tan poco me gustaba que me pusiesen, más que por su efecto estético, porque me resultaba incomodo, me ha hecho daño en la piel. Debido a que era metálico, me rozaba y yo no paraba de intentar quitármelo, y claro roce tras roce me ha producido unas pequeñas calvitas en el coco. La parte mala son esas antiestéticas calvitas, pero la parte buena es la imposibilidad de utilizar kiki en una temporada.

Hasta hace poco ahora salía a la calle con los pelos sueltos y a lo loco, y tenía todo el día el flequillo delante de los ojos que no se me veían. Además cuando iba por la calle olisqueando el suelo el flequi iba arrastrando y ensuciándose. Mi abuelo por otro lado no paraba de llamarme fea, y decir que no se me veían los ojos. Amenazaba constantemente con coger un día la tijera y arreglarlo a su manera.

Ante tales amenazas, no quedó más remedio que pisar una peluquería canina, donde se concretó que dado que aún no tenia el pelo preparado para un buen corte, y además dada la proximidad del invierno, que lo mejor sería hacerme un recorte. Como no soy muy colaboradora, con la ayuda de mis dueñas sujetando me hicieron un corte rápido del flequillo, y se intentó concretar una fecha para recortar el resto del pelo de la cara y algo de las patas, pero tendrían que estar las dos chicas de la peluquería al tiempo porque para una sola persona soy difícil de manejar. Y para que estuvieran las dos, tendríamos que esperar a diciembre pasado el puente. A partir del día de visita a la peluquería comenzó oficialmente la etapa de despeluchamiento. Ese mismo día nada mas llegar a casa Paula me cortó un poco mejor el flequillo, y ya aprovechó para cortarme el pelo de las orejas que me crece mucho y muy rápido y parece que tengo unas orejas descomunales pero en realidad no es así. Como la chica de la peluquería me hizo también una prueba de cómo se podría recortar el pelo de las patas, me dejó una un poco más recortadita. Claro que la intención era en breve dejarme igualada. Como por el motivo de necesitar a las dos chicas al tiempo no se podia volver a la pelu hasta diciembre y ese dia quedaba muy lejos finalmente Paula se puso “patas” a la obra. Total, que se lío la manta a la cabeza y me cortó pelo de las patas, pecho, y un poco del lomo. Esa misma tarde Emma me vio y casi le da un patatús, pero no porque Paula me hubiera cortado mucho el pelo o lo hiciera mal, sino porque había desaparecido el flequillo que tanto la gustaba. Éramos culpables, Paula por hacerlo y yo por dejarme.

Hay que decir que el corte estaba bastante bien, aunque quizás me tenía que haber cortado algo menos el pelo de las patas, que como el del lomo lo tenía tan largo, pues se notaba un poco la diferencia de larguras. Por si no fuera poco, el siguiente fin de semana Paula me dio un baño, que falta me hacía según dice la familia. De paso me dio otro ligero retoque tijeras en mano. A pesar de todos los recortes hechos, aun el “abuelo” seguía diciendo que no se me veían los ojos, que había que cortar mas, y ante el temor que de se pusiera a hacerlo él, ayer Paula muy a su pesar, se puso de nuevo a jugar a Llongueras. Dos horas de tortura en el que me dio un repaso bien dado. Me cortó un montón los pelos de la cara, de los morros, de las barbas, del flequillo, del pecho, tripa y lomo. Solo se salvaron las patas.¡Madre de dios, qué calvario!. Aunque ahora que me miro al espejo, tampoco he quedado tan mal, ¿verdad?. Es cierto que para no tener ni idea de peluquería y menos canica, y que no soy nada colaboradora, que me muevo mucho, que no hago mas que intentar morder la tijera, sacar la lengua e interponerla entre la tijera y el pelo, etc… pues me ha hecho un corte bastante bueno. Vamos que al menos, no voy a sentir vergüenza al salir a la calle.

Fotos antes del corte de pelo





















Fotos después del primer y segundo corte de pelo 










Fotos después del último corte de pelo






3 comentarios:

  1. Ay, May, cuando te vea Emma en directo... jajaj. Oye, por cierto, ¿tú que haces subida en el sofá del salón? eso no es terreno prohibido para los animales?

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  2. Ay, Ay, Ay, Ay!!! Qué decir... No sé. Se me nombra mucho por estos rincones... Pobrecita, con lo guapa que está con esas melenas al viento y el flequillo revuelto. Lo bueno de esto es que el pelo crece, sino, fijo que os SACRIFICABA! Pero bueno, he de reconocer que guapa sigue estando...
    Besitos!

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  3. Bueno, lo de subir al sofá fue excepcionalmente para las fotos, y porque estaba recien bañada.

    Y la verdad, que si que está simpatica con el corte de pelo, de hecho, parece que es más cachorra aún.

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