PitaPata Dog tickers

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lunes, 8 de agosto de 2011

Mi última visita al veterinario.

Publicado por May

La tarde del día 4 de agosto ha sido muy traumática para mí. Me llevaron al veterinario para ponerme la última vacuna y el microchip.

Lo primero que me hicieron fue una revisión general, y tras comprobar mi buen estado de salud, procedieron a meterme una cosa horrible por el cuello. ¡Ay, madre mía lo que duele eso!. Con lo pequeñina que soy, el pinchazo para insertar el microchip es de órdago, así que monté un buen escándalo. Aún así, el veterinario dice que me porté bastante bien. A partir de ese momento ya soy como un producto del Carrefour, me pasan el lector por el cuello y me reconocen, como cuando se lee el código de barras de cualquier producto a la venta.

Me hicieron unas fotos, para lo cual posé bastante formalita y procedieron a darme de alta en el registro de animales de compañía. Ahora si que sí, soy una perrita legal y con papeles. ¡Ya tengo hasta pasaporte!. Paula, tu que viajas tanto, ¿me llevas contigo a tu próxima escapada?, no puedo vivir sin ti. Te quiero, te amo, te adoro, te compro un loro con jaula y todo.



Como si no tuviera suficiente con el microchip, poco después tocó el pinchazo de la vacuna. ¡Pero bueno!, ¿qué he hecho mal para que me traigáis a la casa del terror para torturarme?, puff, si antes lloré y grité, ahora mucho más, ¡vamos!…es que si una no se queja, ¿qué mas podrían llegar a hacerme?. Más que el dolor de la aguja, lo peor fue lo que picaba esa vacuna, así que aún después de haber sacado la aguja, estuve gritando un buen rato más. Qué escandalosa fui, jeje, al parecer la gente que estaba fuera esperando se enteró de todo el escándalo que monté, jijiji. Me temo que el siguiente en pasar, debió de entrar con el rabo entre las patas, temiéndose lo peor.

Una vez superado el trauma, recibí como recompensa unas golosinas y ya me fui algo más contenta.

La parte buena de la visita al veterinario, es que ya me han dado el visto bueno para que empiece a callejear como un perro normal y poder jugar con otros congéneres. Me lo voy a pasar pipa, tenía tantas ganas… Hasta ahora casi no me dejaban pisar el suelo, e iba siempre a la calle en un bolsito o en brazos de mis dueños, que se va muy cómoda, todo hay que decirlo, pero me pierdo muchas cosas.

Ya os contaré que tal mis primeras experiencias en la calle, un mundo lleno de posibilidades por descubrir.

Fotos del nuevo bolso-transportín. Cuando estoy cansada, me quedo dormidita dentro





5 comentarios:

  1. May, no me hagas la pelota. De momento aunque tengas pasaporte, eres demasiado pequeña para viajar.
    Tienes la ventaja de que por tu tamaño, podrías viajar conmigo en la cabina del avión y no en la bodega (como una vulgar maleta). Pero...existen otros motivos por lo que no sería muy conveniente llevarte, y es que se anda mucho y no podrías seguirnos el ritmo, y aunque pesas poco, llevarte todo el día en brezos no se yo.
    Por otro lado, hay sitios en los que por desgracia, por ser perro, no puedes entrar. Si peque, sé que es así de injusto. Ojala un día cambien las cosas.
    Soy partidaria de que se hiciera un examen a los dueños y sus perros, en el que si superan determinadas pruebas de obediencia y comportamiento, así como de salud e higiene, se les permita entrar en determinados lugares y viajar en transporte público.
    Si mi perro no molesta, ¿por qué no puede venir comigo?. ¿No molestan acaso mucho mas determinados niños?.
    A mi en la playa jamás un perro me ha pasado por encima, pero un niño, si. Iba corriendo por la playa, y parece ser que yo estaba tumbada boca abajo entorpeciéndole el camino, y por no desviarse de su ruta, saltó todo lo ancho de mi toalla sobre la que estaba tumbada boca abajo pisándome las lumbares, y os aseguro, que no me hizo ni pizca de gracia.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Oye, que si ese es todo el problema tiene fácil solución. Vais muchos, así que podéis turnaros para llevarme en brazos. Por otro lado como soy pequeñita me metéis en el bolso, yo juro que no me muevo ni abro el hocico. Nadie se tiene por qué enterar si me metéis en algún sitio donde no se permita la entrada con perros. Colaboraré en todo lo que me pidáis. Pensarlo y me decís algo, vale?

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  4. Ay May!!!
    A esta sociedad aún le queda mucho en lo que evolucionar, y eso de lo que hablas, es algo de ello. Por nosotros ibas fijo, y yo me llevaba a mi "sobrino" Quique contigo. Lo íbamos a pasar genial... pero, ya ves, la evolución está estancada en este aspecto. Muchos besitos para tí y para Quique, que pronto te pasaré unas fotos para que conozcas.

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  5. Yo sé de una que coló a su perrina en un hotel estando prohibido, jeje, aunque dicha perrina ya controlaba lo de hacer sus necesidades en la calle... jijij, que conste que no es por dar ideas eh??

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